Malas hierbas

La RAE define la palabra “maleza” como “abundancia de malas hierbas”, “hierba mala”, entre otras definiciones.

Las malas hierbas se asocian en agricultura a aquellas hierbas que nacen en un terreno cultivado por el ser humano, distinto a la especie plantada. Normalmente se debe a que son hierbas endógenas y forman parte silvestre del entorno de la plantación.

Tiene pues lógica la expresión “mala hierba nunca muere”, ya que estas “malas hierbas” si se arrancan, vuelven a salir con el tiempo, por ser su hábitat y estar el entorno plagado de estas especies vegetales. Esta expresión se aplica normalmente para referir a las personas de consabida maldad, que persisten en hacer daño y no están dispuestas a mejorar su conducta.

Pero ¿y en cosmética? ¿realmente son malas hierbas, dañinas o sin propiedades cosméticas o medicinales? La respuesta es que NO. Muchas de ellas son muy beneficiosas, aunque las veamos como plantas que salen en los lindes de caminos y cunetas con aparente imagen de inservible.

Existen iniciativas privadas y gubernamentales dirigidas a culturizar a la población del posible uso de las “malas hierbas” en distintos campos socioeconómicos.

Así, de este modo, a finales del año 2021, el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) edita de nuevo el libro “La cara amable de las malas hierbas” en la que se pueden descubrir diferentes usos de las “malas hierbas” para su empleo culinario, cosmético, medicinal, entre otros.

Otra asociación, As Ortigas de Galicia, promueve el uso de una considerada por muchos, “mala hierba”, la ortiga, para fabricar jabón y champú, pues fortalece el cabello y le da vigor.

El Ministerio de Medio Ambiente en colaboración con la Escuela Vivero Río Guadarrama también aporta el conocimiento y sabiduría de estas plantas a través de la obra “Algunas plantas…” en la que se dan a conocer los diferentes usos y empleos de plantas como la verdolaga o el diente de león.

Eduardo Barba en su último libro “Una Flor en el Asfalto” (Tres Hermanas editorial) que trata de las aventuras urbanas de achicorias, caléndulas, cerrajas, bolsas de pastor a las que les gusta ser pisadas y pisadas y pisadas.

En contra de estas acciones, otras empresas u organismos que facilitan al agricultor o persona de a pie, medidas drásticas ante el desconocimiento (en ocasiones) de la posible simbiosis entre plantas cultivadas y “malas hierbas”.

“No dejes que las malas hierbas echen a perder tus plantas”, así encabeza Leroy Merlin su campaña de plaguicidas.

Plantas como el trébol, ahora florece en todos los campos de la Comunidad Valenciana en multitudes abismales. Puedes ir circulando por la autopista A7 y ver interminables campos llenos de flores amarillas. El trébol es considerado mala hierba y sin embargo es una fuente de nutrientes para el campo, como el nitrógeno, que es capaz de atraparlo en el campo y mejora el cultivo de muchas especies vegetales plantadas, como son los cítricos.

¿y en cosmética?

En la Comunidad Valenciana, nos dejó un gran legado bibliográfico el médico y endobotánico Joan Pellicer. Gran conocedor de la cultura tradicional de plantas medicinales, realizó varias obras escritas recopilando esa cultura ancestral de plantas que tenían usos concretos y que hoy en día suenan a ecos del pasado.

Del mismo modo, Juan Bautista Peris, doctor y profesor en farmacia de la Universidad de Valencia, ha realizado y sigue haciéndolo, obras relacionadas con plantas silvestres de montaña de la geografía de la península ibérica.

A continuación, clasificamos según sus propiedades cosméticas, algunas de las consideradas “malas hierbas”:

·         Bardana: bactericida, fungicida, usada en el pasado para eliminar la tiña.

·         Cardo Mariano: despigmentante, antioxidante, antiinflamatoria, dermatitis.

·         Celidonia Mayor: antiedad, reafirmante. Se extrae la quelidonina (inhibitoria del vello).

·         Diente de León: regeneradora, dermoprotectora, eczemas, dermatosis.

·         Ginesta: antioxidante.

·         Hiedra común: regeneradora, despigmentante, reafirmante. En farmacia para catarros.

·         Hinojo: tónico, estimulante.

·         Hinojo marino: antiedad, reafirmante, anticelulítica, antioxidante.

·         Lavanda de mar: capilar, antiseborréico, detoxificante.

·         Lentisco: antiedad.

·         Portulaca o verdolaga: antiedad, regeneradora, dermoprotectora, antiinflamatoria.

·         Serrallón: desintoxicante, despigmantante.

·         Siempreviva (flor del sol): neurocosmética, dermoprotectora, calmante, nutritiva.

·         Trébol: antiedad, hidratante.

·         Zarzamora: antioxidante, dermoprotectora.

 Elinné, siempre concienciada con la Fitocosmética y amante del entorno más cercano que nos rodea, emplea algunas de estas consideradas “malas hierbas” pero que son grandes desconocidas con efectos magníficos en cosmética (Bardana, celidonia mayor, hiedra, hinojo, siempreviva).

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